Tres enormes pinos situados al noreste presidían la parcela sobre un tapiz verde que marcaba el paisaje de forma definitiva.La vivienda nace abriéndose al jardín, abrazando los pinos, apropiándose visualmente de ellos y de su espacio ajardinado.
La verticalidad de los árboles, con su potencia, sugiere una vivienda horizontal con la que contrastar y establecer un dialogo; cualquier composición vertical de la edificación entraría en conflicto con el paisaje.
El límite de la propiedad se marca con una lámina de agua, de forma que la parcela difumina sus límites físicos con una valla lo más transparente posible para fundirse con el entorno. De esta forma se incorpora virtualmente el jardín colindante a la casa, haciéndolo gravitar así en torno a dicho estanque, al que a demás se enriquece con la presencia de una plataforma flotante.

El programa se descompone en diferentes cuerpos, de forma que se reordenan en la parcela con criterios de orientación, funcionalidad, relaciones internas y criterios de funcionamiento familiar, pero siempre alrededor del conjunto vegetal. Las unidades funcionales se abren a la buena orientación y al jardín, y se cierran, a la vía rodada y a los vecinos situados al noroeste, situando aquí los espacios destinados a servicios: garaje, aseos, almacenes...etc. sirviendo también como colchón acústico.

Los diferentes volúmenes, una vez reorganizados en la parcela, crean un espacio intersticial con vocación de proyectarse hacia el exterior; para ello se sitúan pequeños jardines en sus extremos, de forma que, a modo de finales de perspectiva pretenden fundir el verde de los pinos circundantes.
También se sitúa aquí una pequeña lámina de agua que nos resuelve la privacidad de la zona de noche; por razones de cllimatización se cierra con vidrios transparentes.
Una vez acomodados los diferentes componentes funcionales con las circulaciones y los jardines, un gran manto protector frente a los agentes meteorológicos lo cubre todo, para darle así unidad al conjunto. Este se taladra estratégicamente para producir penetraciones del sol en el espacio intersticial que se extiende al exterior produciendo los porches que a modo de alfombra nos marcan el acceso.

La composición volumétrica se remata con un volumen contundente dedicado a estudio y sala de proyecciones. La hermeticidad del mismo favorece la concentración y el aislamiento que requieren dichas actividades.